Pasaba por periodos de mucha ansiedad que eran fomentados por la circunstancia de vida que atravesaba. Tomar sesiones con Najiba fue como agua en el desierto…
La primera palabra que viene a mi cabeza para responder cómo me sentí es «acompañada». Era esa sensación de poder compartir en profundidad tus emociones y sentirte realmente comprendida, bajo unos ojos que iban mucho más allá de la empatía. Najiba me miraba y escuchaba con tanta atención, que a veces sentía que hablar con ella era como poder conversar con mi niña interna.
Siempre, antes, durante y luego de las sesiones ha sido muy profesional pero a la vez mezclado con esa empatía y amor que pocas personas saben brindarte. Esa capacidad para escuchar sin juzgar, a mi me parece sencillamente una valiosa virtud.
La verdad es que inicie el programa sin ningún tipo de expectativas, en aquel momento nunca había vivido una experiencia similar, por ende, no sabía qué esperar. Sin embargo, la recuerdo como una experiencia maravillosa.
Los resultados más tangibles que obtuve fueron herramientas. Herramientas para mirar hacia adentro y para aprender a escucharme en la cotidianidad y no solo cuando atravieso períodos turbulentos.
Uno de los mejores resultados que obtuve fue comprender que «no tengo que poder con todo» y que para poder llenar el vaso de agua limpia, hay que vaciarlo del agua turbia. Que puedo elegir desde mi comodidad y que puedo detenerme si es necesario.
La recomendaría con los ojos cerrados porque considero que es un trabajo hecho con amor por un profesional y un excelente ser humano. Porque puedes ver los resultados del trabajo. Porque no es un trabajo diseñado para crear una dependencia, sino para que te empoderes y evoluciones.